- Conocemos a Carmen Hernández Montalbán por su labor poética, esta novela se - presenta como la primera incursión en la novela ¿Cómo ha resultado el cambio de registro?
Pues, como en todo cambio, se necesita un período de
adaptación. Escribía la novela al tiempo que mis dos poemarios publicados y
cada vez que volvía a ella me costaba retomar el lenguaje narrativo, aun cuando
la novela, también tiene algo de prosa poética. Pero son dos registros
diferentes. La novela precisa agilidad en el lenguaje. No ocurre igual con la
poesía.
- Sin embargo, no es su primera incursión en el mundo de la narrativa, la conocemos también como autora de cuentos ¿ha necesitado alguna adaptación?
Aunque los dos pertenecen mayormente a la narración, el
cuento o el relato son diferentes a la novela. Aparte de la extensión, es
importante la precisión en el lenguaje, pues en el relato, así como en el
cuento, en un espacio más bien corto, hay que introducir al lector en un
universo. En la novela se puede abundar en las descripciones, mientras que en
el relato es necesario condensar en pocas palabras un mundo, por lo que esas
palabras tienen que ser muy atinadas. Un relato, cuanto más breve sea, más espacios
de indeterminación o situaciones sin desvelar ha de tener, para que sea el
propio lector quien las complete en su interacción durante la lectura.
- Hace unos años publicó una información sobre la partida bautismal de Mira de Amezcua, personaje de esta novela ¿Le une una relación especial con él?
Fue a raíz de una
conferencia que impartió don Carlos Asenjo Sedano en el Ayuntamiento de Guadix, referida al origen
del dramaturgo lo que captó mi curiosidad. Conocía la figura de nuestro
escritor del Siglo de Oro, pero hay muchos y muy sabrosos interrogantes en su
vida como para inspirar una novela. La partida bautismal de la que se trataba
en el artículo, posiblemente no sea la relativa a don Antonio Mira de Amescua.
Eso lo he sabido al bucear en la documentación. Porque existe constancia de la
confirmación y la fecha es anterior a la del bautizado de la partida. Pero sí
reflejaba la hipótesis de Asenjo acerca de la identidad de la madre del
dramaturgo.
- Su trabajo como documentalista en el archivo diocesano de Guadix ¿está presente en esta novela?
Naturalmente, es la fuente principal para investigar el
origen de la familia y algunos otros aspectos menos conocidos del autor. Por
medio de la documentación del archivo he podido conocer, además, personajes contemporáneos
de la época, costumbres y aspectos de la vida del Guadix de la segunda mitad
del siglo XVI y primera mitad del XVII, el período de tiempo en el que se
desarrolla la novela. Además, claro está, he leído todo lo que se ha publicado
sobre la vida del autor, en especial los artículos de los profesores, don
Agustín de la Granja y Roberto Castilla Pérez. La documentación también me ha
permitido encontrar el lenguaje en el que se expresan los personajes y el tono
de la novela en general.
- Ana de Arce va descubriendo aspectos de la vida de Mira de Amescua a lo largo de la novela ¿hay algo de Carmen Montalbán en este personaje?
En casi todos los personajes de la novela hay algo de mí. En Ana
de Arce (personaje ficticio) está la curiosidad, soy una persona llena de
curiosidad. También este personaje tiene pocos prejuicios a la hora de
relacionarse con otras personas, pertenezcan a uno u otro estrato social; algo
que no era habitual en esa época. A mí me ocurre igual: cuanto más diferentes a
mí son las personas, más me interesan.
- Las lagunas en la biografía de Mira de Amescua, sus orígenes poco claros ¿lo convierten en un personaje más novelesco?
Sí, eso es exactamente lo que me atrae de Mira de Amezcua,
pero también los aspectos que se conocen de él son muy novelescos. También es
novelesco el Guadix del Siglo de Oro o los personajes con los que pudo
relacionarse.
- En la obra se hace referencia a un asunto como el de la esclavitud y la población morisca en la España de la Edad Moderna ¿Cómo lo aborda?.
He tenido que leer e investigar mucho sobre eso. Además de
investigar en Archivo Histórico, que posee documentación muy rica sobre el
tema, también he leído a autores locales, especialmente a don Carlos Asenjo y
don Carlos Javier Garrido, este último ha enfocado su tesis en el tema de la
esclavitud morisca en Guadix.
- Ha recibido con esta obra el premio Alféizar 2019. ¿Qué supone un premio como este?
Pues ha sido una sorpresa y una alegría, teniendo en cuenta
que se trata de mi primera novela. El premio Alfeizar lleva ya IV ediciones, lo
convoca la editorial del mismo nombre. A él se presentan novelas de diferentes
países en lengua castellana. A esta convocatoria se han concurrido más de
trescientas obras. Además esta es la primera vez que gana una mujer. Estos
reconocimientos te animan a seguir escribiendo.
- Después de esta novela ¿Qué? ¿Qué otros proyectos tiene en mente?
Tengo en proyecto un libro de relatos cortos, un libro de
aforismos y poemas, además del comienzo de una nueva novela, ambientada en la
Hispania romana, con algún guiño a la Accitania.
Una entrevista interesante e informativa. Felicitaciones por el premio de novela. Adelante con los nuevos proyectos.
ResponderEliminarCarlos Rubio Albet
Estimado Carlos, muchas gracias por detenerse en mi blog y por sus palabras.
ResponderEliminarEnhorabuena querida amiga. Me hubiera gustado disfrutar de la presentación en primera persona, pero no pudo ser.
ResponderEliminarUn abrazo.
Roberto, gracias, esa tarde tuvieron lugar varios eventos, otra vez será. Un abrazo.
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