El alma apacible de Face Retama es
una novela histórica ambientada en el Guadix de la Reconquista. Los
protagonistas, ambos llamados Ibrahim, juegan un papel clave en el tránsito de
la ciudad musulmana a la cristiana de finales del siglo XV. El autor construye
de forma magistral las personalidades de estas dos figuras históricas, tan
controvertidas como dispares. Ibrahim el Gerbí, un santón originario de la isla
tunecina de Yerba que llevaba una vida eremita en Guadix, perpetra un atentado
contra los Reyes Católicos durante el asedio de la ciudad de Málaga. Finalmente
el atentado queda frustrado y el Gerbí es ejecutado. Por otro lado, Ibrahim
Abenzeyte, secretario del Zagal, patriarca de la familia morisca
colaboracionista Valle de Palacios, que recibieron mercedes en el reparto de la
ciudad, hace de mediador entre las dos culturas, la musulmana y la cristiana,
valiéndose de sus dotes como diplomático. Ambos personajes, a pesar de sus
diferencias y puntos de vista antagónicos, entablan una relación de amistad
sincera. Los retrata, Amezcua, a través de sus descripciones y, especialmente,
a través de sus diálogos e interacciones con el resto de personajes, donde se desvelan
los rasgos psicológicos de los dos Ibrahim, con gran destreza.
Otro gran acierto del autor es el
tono de la narración; de principio a fin consigue envolver al lector, emulando
el castellano de la época. Para ello utiliza el narrador en primera persona; es
el mismo Ibrahim Abenceyte el que nos habla recordando los acontecimientos. Las
descripciones del ambiente, en las que abundan los matices líricos, consiguen
recrear el Guadix del siglo XV, dotando a la historia de veracidad y viveza.
No son muchos los personajes que
intervienen en la trama; cabalmente, aquellos que tuvieron un papel relevante
en los acontecimientos históricos: los reyes, Isabel y Fernando; los últimos
soberanos de la dinastía Nazarí: Muley Hacen, su hermano El Zagal, su primera
esposa, la reina Aixa y su hijo Boabdil, conocido como “Rey chico”, además del
primer prelado que pontificó en la ciudad tras ser reconquistada: Fray García
de Quijada. Amezcua consigue con pocas
pinceladas retratar sus caracteres.
Son las conversaciones más sinceras,
las de los dos Ibrahim y la de Ibrahim Abenceyte con el Obispo Quijada, las que
se entablan en el lugar clave que justifica el título de la novela: “Face
Retama”. Es en esta planicie de paisaje semidesértico donde se asienta el
santuario romano vinculado a la vida del primer obispo de la cristiandad en la
Península Ibérica, San Torcuato y un asentamiento andalusí de los siglos X y
XI. En este emplazamiento, cuyas vertientes van a dar al río Fardes y su vega,
existe un eremitorio singular de cuevas escavadas en la roca. Quienes lo hemos
visitado, coincidimos en que el lugar inspira una paz insólita muy propicia
para la meditación y la oración.
Manuel Amezcua Morillas ha escrito
una novela entrañable, de gran interés, no sólo para los que somos de Guadix y
Comarca o vivimos aquí, sino para todos los lectores que se interesen por la
historia del Reino de Granada. Recomendable en estos próximos días en los que
se celebra el Día del Libro.
Guadix, 14 de abril de 2021.
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